El caso de NotCo, que ya es conocido por todas y todos, es sin duda ejemplificador e inspirador, y abre la puerta a una industria que no es una moda, sino más bien una tendencia que se traduce en oportunidades económicas en un mercado en constante ascenso, lo que despeja que mito de que la industria alimentaria no pueda cambiar o deba depender eternamente de la inconsciencia, la cobardía y el maltrato animal. Y esto viene a confirmar que, junto con la creación y desarrollo de industrias conscientes, llegan múltiples oportunidades para innovar y emprender.
Es por esta razón, que no hay que tener temor a emprender socialmente y dejar atrás el mito de que este tipo de actividad no es rentable y, por el contrario, es necesario más emprendedores que puedan analizar las problemáticas, identificar oportunidades y aplicar soluciones conscientes y de alto valor para las personas y el entorno. Y en este camino es donde es necesario generar un movimiento completo que trabaje en torno a estos desafíos.
Actualmente, identifico las siguientes temáticas de la cuales pueden nacer oportunidades sencillamente geniales:
Reciclaje y Economía Circular: En Chile la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), es uno de los grandes avances del Estado y viene con interesantes oportunidades en su proceso de aplicación paulatina. En este ámbito muchas entidades han incrementado el apoyo a emprendimientos que aborden esta temática, siendo una revolución mundial que recién comienza.
Industria Alimentaria: La evidencia es clara en este sector, y todo apunta a dejar atrás la cruel industria de la carne, la azúcar, los lácteos y la comida chatarra. Ya no es necesario dañar nuestra salud y el medioambiente, por el contrario la tendencia apunta al crecimiento sostenido de la demanda por productos de origen vegetal. Este cambio de paradigma es clave para una sociedad libre y justa en el futuro. Aquí, las oportunidades son infinitas, y apuntan a la transformación a lo orgánico, la producción libre de abuso y las diversas tecnologías para acotar procesos y entregar valor a la productividad, lo que finalmente impacta de forma positiva en la salud y el bolsillo el consumidor del mañana.
Socioemocionalidad: Con la pandemia del Covid-19 nos dimos cuenta lo importante que es profundizar en los aspectos socioemocionales de las personas, y generar emprendimientos e innovaciones que permitan una mejor instauración de una sociedad empática y compasiva, conectando los hábitos de las personas con resultados colaborativos.
Educación Consciente: Otro de los puntos críticos es la educación consciente, la que es sumamente necesaria para generar un cambio radical en la sociedad. Y este cambio no lo debemos hacer por nosotros, sino por las futuras generaciones que pisarán este planeta, por eso es clave que puedan ser formados desde la empatía y el amor incondicional. Para nosotros, como adultos, el tiempo está en contra, pero eso no significa que no debamos como sociedad invertir en generaciones más conscientes y comprometidas con su entorno. Acá las oportunidades son infinitas y el Estado debería colocar recursos millonarios en innovación escolar y fomento de una educación consciente, libre y creativa.
Energías Verdes: El desarrollo de energías renovables es uno de los pilares de la tecnologización social y de la sociedad del futuro, y en este ámbito se va a ganador si es que la innovación es efectiva y tiene impacto en el medioambiente, ya que las inversiones son millonarias y existen países como China, el mayor contaminador mundial por gases de efecto invernadero, que han prometido que llegará a su máximo de emisiones en el 2030 y luego comenzará a disminuirlas para alcanzar una huella de carbono cero en 2060, y para ello se requiere de innovadores que tomen el desafío para acelerar dicho proceso, pero no sólo en el monstruo asiático, sino también en cada nación del planeta.
Conectividad: En este ámbito, las oportunidades están en expandir la conectividad telefónica y de internet al 100% de la población mundial, democratizando el acceso a la información, independiente de la clase social y el país de residencia. Esto debe ser un derecho humano desde mi visión. Es más, debería ser totalmente abierto y gratuito. El 2017 estuve en Seúl en Corea del Sur, y ya las autoridades de ese país habían habilitado la primera red wifi-abierta y gratuita para la ciudad. Si bien en ese tiempo no funcionaba con la velocidad y robustez de ahora, la idea era totalmente disruptiva para ese momento.
Desigualdad Social: Si vamos a crecer y desarrollarnos, hagámoslo en conjunto. Esto significa que nadie quede afuera, que cada ser humano sea considerado en el avance económico, político y social. Y este desafío es uno de los más complejos, y que exigirá de la máxima creatividad en los próximos 25 años. Si tuviera que emprender en esta temática analizaría la problemática de acuerdo a un lugar determinado, con el fin de trazar de forma correcta el dolor que abordaremos.
Equidad de Género: Esta es una de las temáticas en la que estamos al debe. Y lo digo como un fiel defensor de la equidad de género, ya que sólo potenciándola lograremos una sociedad más justa, eliminando la discriminación basada en el sexo de la persona en materia de oportunidades, asignación de recursos y beneficios o acceso a los servicios, tal como lo declara la OMS. Pero ojo, este es un tema que ha sido manipulado constantemente a nivel político, por lo que las voces de libertad y populismo están muy lejos de aportar a un mundo donde mujeres y hombres seamos iguales frente a oportunidades y derechos. Y esta es la razón principal porque se debe innovar en torno a esta temática, ya que se requiere de la objetividad de las personas que innoven en torno a la equidad e igualdad, y no titiriteros de grupos sociales que, desde su interés personal, quieran generar beneficios políticos y económicos. Aquí las oportunidades son muchas y van en constante aumento.
Inclusión Activa: Al igual que la temática anterior, la inclusión también es un factor crítico para igualar la cancha, y es clave para una sociedad más avanzada. En este ámbito, las empresas ya comprenden la importancia de esta acción, por lo que en este momento son necesarias nuevas ideas que refuercen el proceso de comienzo a fin.
Sistemas de Organización: Las formas de organización cambiaron, y la sociedad ya se agrupa de formas muy distintas de como lo hacía hace veinte años atrás, y la colaboración es un elemento fundamental a la hora de generar estos sistemas, los que se han visto potenciados por el éxito de las redes sociales.
Innovación Política: Si la política partidista ha sido uno de los cánceres de la sociedad tradicional deberíamos enfocar nuestros esfuerzos en nuevas formas de hacer política, dejando de lado las agrupaciones en torno al lucro y los favores políticos, y potenciando la resolución de problemas sociales mediante la proactividad y el verdadero compromiso social. En esta temática el desafío es complejo, ya que innovar en este campo requiere de valentía y determinación para enfrentar al poder del duopolio, presente en la mayoría de los países del mundo. Y más aún si consideramos que existen estructuras que premian al partidista y castigan al independiente.
Preservación Ambiental: Cada año se extinguen especies animales y vegetales debido al egoísmo humano, además de la contaminación de reservas medioambientales que son parte de los pulmones del planeta. Ya existen países con planes robustos para financiar entidades que preserven la flora, la fauna y el entorno. Este tipo de actividades debe ser financiada por los estados y las grandes compañías, pero con las ideas de capital humano innovador de cada país.
Hambrunas: No es posible que aún existan 800 millones de personas en el mundo que sufren de hambruna, sobre todo considerando que la mitad de la comida producida se va al tacho de la basura, esto según el reporte “Pérdida y desperdicio global de comida”, realizado por el Instituto Suizo de Alimentos y Biotecnología, a petición de la Organización de Agricultura y Alimentos (FAO), de la Organización de Naciones Unidas. Este informe señala que los seres humanos desperdiciamos, por lo menos y según las cifras más cautas, un tercio de los alimentos aptos para el consumo humano. En algunos países, como Estados Unidos, esta cifra alcanza un impactante 50 %. A nivel regional, los habitantes de los países latinoamericanos desechamos un promedio de 220 kilos per cápita de comida al año. En todo el mundo se estima que la cifra total que se despilfarra supera los 1 300 millones de toneladas al año. Aquí la redistribución y el equilibrio entre oferta y demanda son factores claves a considerar para quiénes emprendan en torno a este desafío.
Inmigración: Otra temática crítica en un mundo cosmopolita, y con desarrollados sistemas de comunicación y transporte, es la inmigración. Para este proceso, es ideal contar con soluciones que apoyen la integración social de los extranjeros, desde el idioma hasta la colocación de puestos de trabajo y condiciones dignas. También es importante diferenciar aquella inmigración derivada de un proceso voluntario de una inmigración dada por una crisis humanitaria, como en el caso de los ciudadanos venezolanos que han escapado de su país por la catástrofe social que ahí se vive o el caso de los ciudadanos sirios que han visto mermadas sus vidas por la guerra. Personalmente no creo en las fronteras y en los falsos patriotismos, de hecho, creo que es relevante considerar que todos somos iguales, independiente de dónde hayamos nacido.
Desempleo: El trabajo debe ser un derecho como lo he señalado anteriormente, y debe ser garantizado por el Estado. Anteriormente vimos el impacto de Pegas con Sentido, lo que ejemplifica que existen excelentes iniciativas en torno al fomento del empleo justo y consciente.
Salud: Es hora de tener una salud gratuita y universal, que garantice que todas las personas reciban un trato humanitario al momento de tener algún tipo de enfermedad y condición. Es tiempo entender que salud no es un negocio, sino más bien un requisito de toda sociedad libre, y no debería estar en manos de privados descriteriados o de una estructura deficiente que permite que familias completas queden en la ruina intentando salvar la vida de un familiar o comprando medicamentos que cuestan millones de pesos y que son fabricados por farmacéuticas sin conciencia alguna. Por eso la intervención de los emprendedores sociales es crucial para generar esta transición.