Columna: Sharif Laibe
Si has estado en una reunión de amigos, o de trabajo. donde te hayas sentido incomprendido conversando alguna temática específica, no te preocupes, porque es más común de lo que uno piensa. Y esto no se debe a que encontremos aversión en la audiencia, más bien significa que no existe el mismo nivel de entendimiento entre quiénes conforman la conversación, lo que no es algo negativo, sino más bien algo común y frecuente, ya que obviamente todos conocemos ciertas temáticas con distintos niveles de profundidad.
De esto se desprende que seamos verdaderos especialistas en ciertos contenidos y total ignorantes en otros, entendiendo la ignorancia como una oportunidad de crecer más que una debilidad del ser humano.
Por eso es que existen dos tipos de ignorancia: la primera es la natural, dónde desconocemos algo de forma totalizada, como por ejemplo si te preguntará cuál es la segunda ciudad más grande de Camerún, respuesta que la mayoría no sabe pero que es sumamente entendible desconocer esa información. No es así en el caso del segundo tipo de ignorancia dónde nos negamos a reconocer la realidad por las diversas manifestaciones del ego, como por ejemplo seguir consumiendo azúcar sabiendo todas las enfermedades que ocasiona.
Lo anterior deja a entrever que somos una sociedad egoísta con falsos placebos de solidaridad, donde tenemos que buscar el origen de lo que nos hace obviar una realidad consensuada y enfocarnos en el “yo” más que en el “nosotros”. Y este origen radica en la ignorancia del segundo tipo, el individualismo competitivo y las diversas manifestaciones del ego, que como seres humanos nunca nos enseñaron a identificar y menos controlar. Para esto, planteo la idea de que existen niveles de aprendizaje de los cuales debemos estar conscientes, con el fin de comprender exactamente que sabemos, que no sabemos y que creemos que sabemos, definiendo claramente dónde estamos y dónde deberíamos llegar para ser comprendidos de mejor forma, o en su defecto, entender que existirán momentos en el que el diálogo será insostenible, ya sea porque sabemos demasiado o poco respecto a nuestra contraparte. En esos casos, y mientras mayor sea la brecha entre los niveles de aprendizaje, más compleja y menos efectiva será la comunicación.
Nivel 1 – El Ki: Al igual que el concepto que tanto hablan los fanáticos de la manga de Dragon Ball, el primer nivel de aprendizaje está dado por un aspecto netamente sensorial. Una percepción del entorno de acuerdo con los mensajes que recibe nuestro cerebro y como procesa la interacción con el medio ambiente. Es aquí donde se anidan manifestaciones como el calor y el frío, el dolor, el sueño, hambre, debilidad, fuerza, sexualidad, vitalidad, entre otras. Además de sensaciones y emociones.
Nivel 2 – La Interacción: En este nivel se destacan todas las interacciones con la sociedad, los animales y el medioambiente, y la interpretación de aspectos como el lenguaje y los idiomas, además de la asociación directa de un objeto con un significado. En esta fase está presente nuestro acoplamiento con el mundo, pero desde la conceptualización y la generación de aprendizaje básico. La profundización de los sentidos y aspectos como conversar y generar relaciones interpersonales están en este plano.
Nivel 3 – Lo Desconocido:
Es aquí cuando el ser humano comienza a liberar su imaginación y comienza a dar los primeros pasos en conocer y percibir las estructuras políticas y económicas, la conciencia y la base moral de la sociedad en la que está envuelto, además de experimentar constantemente con lo desconocido para así perfilar la personalidad. Aquí es donde florecen aspectos como la valorización del dinero y la posición respecto a la clase social que estamos inmersos. En un ambiente óptimo esta etapa se vive de forma integra en la adolescencia, sin embargo, aún existen personas adultas que viven en alta vulnerabilidad o en lugares sin acceso a información, y dónde este nivel es lamentablemente su techo. Aquí también radica la interacción con la legislación y las normas, además de la formación de la escala valórica, de lo que es positivo y negativo, y de lo que es “bueno” y “malo”.
Nivel 4 – Mindset Media: Este nivel se caracteriza por ser el punto de inflexión entre una sociedad consciente y una sociedad manipulada. Aquí es donde habita toda la estructura de medios de comunicación tradicional como radio, televisión, prensa, cine y libros, y es donde precisamente el sesgo se hace presente con una cruda frialdad. Este nivel de aprendizaje se sustenta en los principios básicos de los Mass Media, que es informar, educar y divertir, y como hemos visto en los últimos cincuenta años, están más que al debe. Ahora no es un misterio que los medios de comunicación pertenecen a grupos económicos que posicionan sus intereses respecto a la veracidad de lo que se comunica a la sociedad. Para aquellos que son extranjeros, les comento que en Chile ocurrió un hecho vergonzoso digno de mencionar como un buen ejemplo de esto. Hace un par de años una de las personas más ricas de mi país, dueño de uno de los principales canales de tv, tuvo la osadía y la desfachatez de salir en vivo dando lecciones de moral y afirmando lo siguiente: “Soy un ser humano como todos, pero poderoso”. Luego de eso estuvo años invirtiendo en beneficencia y demagogia para revertir tan desdichada frase, y lo logró.
Nivel 5 – Burakov: Este nivel, que se nombra al igual que el famoso investigador ruso del siglo XX, radica en nuestra capacidad de ir más allá de lo que nos informan los medios y profundizar, como un buen detective, en un tema específico para saber los deltas y matices que este tiene. Por ejemplo, si logramos conocer de un comentario de un conocido o de las noticias de tv respecto al calentamiento global, es propio de esta fase profundizar en esa temática para saber detalles de este fenómeno a nivel mundial, indagando en sus principales causas y efectos. Entonces, podemos decir que en esta etapa del aprendizaje es necesario ir más allá del enunciado y conocer aspectos que nuestro amigo no nos contó o que los medios dejaron de considerar. El acceso a este nivel se da por la voluntad propia de cada persona, por sus ansias de aprender y de mejorar, y sobre todo de superar la versión que éramos antes.
Nivel 6 – La Expertise: Es aquí donde dejamos los antecedentes generales y entramos a los detalles técnicos, abordando literatura específica y conocimiento de alta profundización. Aquí están presentes estudiantes de pregrado y postgrado, además de profesionales especialistas y oficios de alta complejidad técnicas. La clave de este nivel es adquirir la experiencia suficiente para tener una opinión objetiva e informada de la realidad estudiada. Y esta experiencia no debe ser sólo teórica, sino también práctica. Este es el nivel que muchas personas no logran superar debido que en el papel pareciera que poseen la expertise, pero en la realidad surgen las fallas y las disonancias.
Nivel 7 – La excelencia: A diferencia del nivel anterior de aprendizaje, la excelencia radica en un solo aspecto, y se manifiesta como un factor clave de la formación específica de una persona, la cual destaca en su región o país como un referente en la materia tratada y a la cuál se le consulta constantemente su opinión para definir tendencias o resolver problemas complejos asociados. En este nivel hablamos de los mejores dentro de su segmento. En algunos países les llaman intelectuales y en otros son considerados genios locos.
Nivel 8 – El Antílope: Hace un par de años estuve en Ámsterdam conversando con un grupo de personas de varios países respecto a innovación social, y dentro de ese grupo había una emprendedora que contó algo que me pareció genial. Ella decía que en la amplitud de la selva africana se daba un fenómeno de altruismo propio de los antílopes, los que al huir en manada, del ataque de los leones, se preocupaban de la protección de las crías de una forma muy especial. El antílope líder de la manada simplemente se detiene para ser devorado por los leones y así proteger la manada, en un acto totalmente altruista. Este nivel de aprendizaje se trata precisamente de esto.
Aquellas personas que logran un nivel de aprendizaje del nivel anterior pueden desarrollar el altruismo y la compasión como eje central de sus vidas, utilizando la expertise y la excelencia como herramientas de ayuda a la sociedad. Se caracterizan por tener una visión integradora a favor de un fin en común, carecen de eufemismos en su lenguaje, son directos y claros, y no poseen afinidad con estructuras básicas como la religión y la política partidista. Son admirados por su nobleza y no por su dinero, y son las personas que finalmente generan los cambios de consciencia, a pesar de que en su momento puedan ser considerados locos.
Como seres humanos no debemos permitir que nuestro nivel de aprendizaje sea básico, ya que no sólo nos hacemos daño a nosotros mismos, sino también a los demás. La ignorancia, del segundo tipo, es un cáncer que nos asecha y que debe ser reducido para concebir una sociedad mejor y que represente el bienestar de todos. Estoy más que claro que no todos seremos antílopes, pero si todos podemos intentarlo, y si el día de mañana alguien ajeno a nosotros logra este nivel de impacto no debemos envidiarlo, por el contrario, deberíamos como sociedad apoyarlo y admirarlo, entregando todas las herramientas para ello. Creo que estas son las personas llamadas a gobernar en el futuro y no los actuales representantes, que la mayoría de las veces no superan el nivel de mass media y se dedican a gozar de privilegios financiados por todos para engordar sus egos y cuentas corrientes.